1.000 millones caídos del cielo que van a dejar de caer
Un cambio regulatorio de 2005 (la creación del mercado de emisiones) propició que la gran hidráulica (que no emite CO2) y las centrales nucleares (que tampoco) comenzaran a obtener unos beneficios «no trabajados». Porque ni gran hidráulica ni nuclear habían mejorado sus procesos productivos, ni habían ganado eficiencia, ni nada que se le pareciera. Simplemente empezaron a obtener esos beneficios porque el legislador cambió ciertas reglas del juego. Les llamaron «beneficios caídos del cielo». El Gobierno estima que esos beneficios ascienden a 1.000 millones de euros y ha decidido que va a cortar el grifo. [Foto: L. Merino].
Fuente: Energías Renovables
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