Las danzas de la luz en la cueva grancanaria de Risco Caído, declaradas Patrimonio de la Humanidad
Hay templos en el mundo en los que entra la luz del Sol una vez al año, recorre un pasillo y toca un punto estratégico, o el imponente templo de Abu Simbel, dedicado a Ramsés II, donde la luz del Sol entra dos veces al año, pero “este nivel de proyección es único en el mundo, y aún es más asombro que esté en una isla”. Son palabras del arqueólogo Julio Cuenca, «descubridor», a mediados de los noventa, de Risco Caído, la caverna grancanaria -milenario calendario lunisolar- que ofrece «un increíble relato de la fertilización de la tierra cada amanecer». En la cueva entra un haz de luz desde el equinoccio de primavera hasta el de otoño, momento en el que deja de entrar el Sol y comienzan a entrar las lunas llenas, que marcan de esta manera el paso de los meses hasta el siguiente equinoccio de primavera.
Fuente: Energías Renovables
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