El principal accionista de Abengoa se diluye para no quebrar
El consejero delegado de Abengoa, Joaquín Fernández, envió el jueves por la tarde una carta a los trabajadores en la que informaba de que cobrarían la nómina de febrero, cuyo pago se había retrasado. “Eso da a entender que aceptan las condiciones”, indicó. Abengoa declinó hacer comentarios al respecto.
Junto a este requisito, tanto bancos como bonistas habían solicitado también a la dirección de Abengoa la rescisión del contrato de asesor que mantenía el expresidente del grupo Felipe Benjumea, ya que no entendían que asistiera a las reuniones de la empresa y siguiera interviniendo en sus decisiones, lo que hacía que las negociaciones con los acreedores estuvieran “enquistadas”, agregó la fuente.
Benjumea, a través de Inversión Corporativa, exigía quedarse con un 12% de la compañía y, si se cumplía el plan de viabilidad, pedía hasta el 30%, dijo.
“Eso era inaceptable para los acreedores“, explicó la fuente, y, por tanto, las inyecciones de liquidez de acreedores estaban bloqueadas.
El consejo de administración de Abengoa nombró el miércoles a Antonio Fornieles como presidente ejecutivo con el “objetivo prioritario de facilitar un acuerdo de reestructuración con los acreedores financieros de la sociedad”.
Con la reciente salida de Benjumea, se ha desbloqueado la situación, apuntó, aunque matizó que todavía no hay nada firmado, tal y como informó Reuters a última hora del jueves.
“Lo lógico es que la semana que viene terminen de amarrar todos los puntos que quedan colgando, como las garantías que se puedan ofrecer para las inyecciones de liquidez, y que se firme algo”, dijo la fuente.
De ser así, Abengoa recibiría de forma inminente una inyección de 165 millones de euros por parte de los bonistas para necesidades de financiación urgentes, indicó, pero también se allanaría el camino para un acuerdo sobre la liquidez que requiere la compañía hasta finales de 2017, una cantidad que asciende a cerca de 1.000 millones de euros.
Ese pacto contemplaría que el 95% restante de Abengoa pasara a manos de los acreedores mediante una capitalización de parte de la deuda, mientras que la otra parte del pasivo se mantendría como deuda sostenible.
Asimismo, no habrá quitas, como exige la banca, señaló la fuente. Abengoa tiene hasta el 28 de marzo para evitar entrar en concurso de acreedores.
La empresa sevillana anunció el lunes que en 2015 registró una pérdida neta de 1.213 millones de euros frente a un beneficio neto de 125 millones en 2014 debido al impacto negativo de provisiones derivadas de su actual situación en preconcurso de acreedores.
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Fuente: Agencia EFE Energía
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