Análisis Huawei Mate S y su lector de huellas
Hace apenas un mes, Huawei, una compañía que ha experimentado un gran crecimiento fuera del país asiático con aumentos del 20 por ciento anual en sus ventas, presentó su nuevo buque insignia, el Mate S. Además de un excelente diseño -y unos colores muy atractivos lejos del blanco y el negro de toda la vida- bajo el brazo traía un preciso lector de huellas y nuevas formas de interactuar con el terminal, muy interesantes a priori, pero que había que probar a fondo para ver si resultaban de utilidad y se iban a usar en el día a día.
Sobre los acabados poco hay que decir que no se vea en las fotos y el vídeo. Materiales de calidad y buen aspecto en general. Está claro cuál es el estilo de los teléfonos presentados por los principales fabricantes este año. Manda la línea de Apple y al usuario le gusta más el metal y el cristal que el exceso de plásticos. Pero eso es lógico, ¿no?
Huawei ha centrado todo su marketing en el toque humano, en las nuevas posibilidades táctiles de este teléfono. Por una parte, se habló mucho de un sensor de presión en la pantalla para realizar nuevas funciones, la tercera dimensión, el cuarto toque o como queramos llamarlo, pero esta opción queda circunscrita al acabado de 128 gigas de memoria interna -el tope de gama- y nuestra unidad de prueba era la de 32, así que no hemos podido experimentar con ello. Pero el sensor estrella es el lector de huellas. A diferencia de Samsung o iPhone, que lo ubican en la frontal en este caso se ha apostado por situarlo en la parte trasera, justo debajo de la cámara. La opción de un botón trasero ha sido seña de identidad de los LG, desde su G2 -el modelo actual es el G4- y un móvil que no es de los grandes fabricantes, el Vexia Zippers 5, ya tenía un lector en la misma zona, aunque bastante más rudimentario. Los ingenieros de Huawei creen que al agarrar el móvil, el sensor de huellas coincide -y efectivamente es así- en la zona donde normalmente apoyamos el dedo índice. De este modo, agarramos el teléfono y de forma muy natural desbloqueamos con nuestra huella dactilar sin apenas fallos de forma muy rápida y ágil.
El sensor de huellas podría tener más funciones
Pero al sensor también le han otorgado más funciones además del desbloqueo. Principalmente, el usuario se acostumbra en seguida a bajar el menú de notificaciones superior y a pasar las imágenes de la galería con muchísima rapidez. También sirve como disparador de la cámara, para coger una llamada o apagar la alarma. Sin embargo, es una lástima que de momento no se haya dado el salto y que ese mini “touch pad” que es el lector trasero no sirva realmente de cursor o, por ejemplo, para hacer “scroll” en una página web o moverse por los diferentes menús. Parece que se ha quedado a medias en este sentido, aunque es algo que se podría subsanar en un futuro mediante software.
El toque de nudillos
La otra gran novedad es el toque de nudillos. Con esta parte de la anatomía del dedo podemos dibujar -incluso con la pantalla apagada y bloqueada- una serie de letras que nos permitan acceder a distintas funciones de forma inmediata. Resulta muy útil para abrir la cámara, por ejemplo, dibujando rápidamente una letra C, o los mapas con la M. Podemos asignar cada gesto a una aplicación de nuestra elección. Es más útil de lo que uno pudiera pensar porque ahorra los pasos intermedios del desbloqueo y pulsar sobre el icono, que quizá ni siquiera está en la pantalla principal.
Este toque de nudillos también se emplea para recortar una foto rápidamente, sin necesidad de abrir un editor.
En cuanto a su “cerebro”, cuenta 3 gigas de memoria RAM y un procesador Kirin 935, Octacore que rinde bien, aunque algunos test lo sitúan un poco por debajo de los Snapdragon 810 o el Exynos Octa 7420 de los últimos Galaxy de Samsung. Realmente, hay que ser muy entendido para apreciar sutiles matices en el rendimiento.
En el modelo precedente, el Mate 7, Huawei apostó por una superbatería de nada menos que 4.100 miliamperios. Pero el teléfono era mayor y menos esbelto y bonito que el S, que se ha quedado en 2.700. Tras un uso intenso del terminal podemos certificar que sobrevive holgadamente a un día de trabajo u ocio y que incluso puede alcanzar el día y medio sin problemas. En caso de emergencia, con una carga corta de 10 o 15 minutos podemos ganar algunas horas más.
Y hablando de la batería conviene precisar que ésta no se puede extraer, en línea con los últimos Galaxy y el iPhone, pero la buena noticia es que lo que sí podemos hacer es insertar una tarjeta de memoria de gran capacidad. La micro SD ocupa una de las dos ranuras para nano SIM del Mate S, así que si no necesitamos Dual SIM podemos tener una enorme capacidad de almacenaje de fotos, vídeos y música.
En el límite del tamaño para meterlo en un bolsillo
Una de las características que más elogios ha recibido es la pantalla AMOLED que llega a esta gama con sus brillantes colores y gran definición. Tenemos en la mano un terminal de 5,5 pulgadas de pantalla. Por experiencia sabemos que cuando un teléfono sobrepasa las 5,2 pulgadas empieza a ser incómodo en el bolsillo de un pantalón vaquero, aunque se lleva sin problemas en la chaqueta o abrigo
Su cámara de 13 megapíxeles ha conseguido fantásticos resultados de día y en fotos con mucho zoom, pero quizá no está a la altura de la del G4 de LG en imágenes nocturnas. En general el resultado es muy bueno y destaca el hecho de cómo están ubicados los menús en el modo manual, ya que con el pulgar podemos elegir las opciones de exposición, luz, enfoque, etc. en un arco de sencillo manejo. Con la última generación de móviles los amantes de la fotografía disfrutarán muchísimo y los resultados sorprenden incluso a fotógrafos profesionales. La cámara frontal, de ocho megapíxeles, ha sido mejorada y en lugar de soltar un “flashazo” que deje la cara como un fantasma cuenta con un foco que ilumina el rostro de forma continua con una luz regulable. Todo un acierto.
Micrófonos inteligentes
Un apartado en el que el Mate S merece un claro reconocimiento es una característica que sobre todo van a apreciar las personas que realizan multiconferencia y, por supuesto, los periodistas. Nos referimos en esta ocasión a su grabadora de sonidos. Los ingenieros de Huawei han diseñado una especie de micrófono omnidireccional inteligente que permite que cuando varias personas se comunican con alguien al otro lado de la línea pueden intervenir todos lo que están sentados en la mesa y que la voz se recoja con nitidez. Lo mismo ocurre con las entrevistas, tanto el entrevistador como el entrevistado registran sus voces sin colocar el teléfono apuntando a uno u a otro ni ponerlo en una posición especial.
Un último detalle, en cuanto a la organización de las aplicaciones Huawei sigue la línea de Apple de no contar con una zona específica para albergar las decenas de programas que nos instalamos en el teléfono sino que se ubican en el escritorio. Así que lo mejor es agruparlas por similitud o de alguna forma que impida que haya decenas de apps sueltas por el escritorio. La capa de personalización de la marca que hay sobre la base de Android Lollipop no molesta y en algunos aspectos se agradece.
Lo mejor:
– El mejor lector de huellas nunca visto
– La grabadora de sonidos
– El toque de nudillos
Lo peor:
– 5,5 pulgadas puede ser excesivo tamaño de pantalla para llevarlo en un pantalón
– Que los colores vayan en función de la memoria interna y no se pueda coger, por ejemplo, el rosa dorado con 32 gigas, sino sólo con 64.
– Que la función de TouchPad del sensor de huellas no tenga más integración con navegadores de internet y menús.
Especificaciones:
Medidas: 149.8×75.3×7.2mm
Peso: 156 g.
Pantalla: AMOLED Full HD
Procesador: Hisilicon Kirin 935, Octa core (4×2.2GHz + 4×1.5GHz), 64-bit
Sistema operativo: Android 5.1 + capa de personalización EMUI 3.1
Memoria: 3 Gb de RAM y 32, 64 y 128 Gb según versiones
Tarjetas: Dual SIM y Micro SD
Cámara: Trasera de 13 megapíxeles con Flash Dual y frontal de 8 con foco de luz suave
Vídeo: Full HD
Batería: 2.700 miliamperios
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Fuente: Agencia EFE Futuro
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